En
la última década, la obesidad se ha constituido en una extensión masiva y de
forma silenciosa extendiéndose en distintos ámbitos sociales y de salud
pública, predominando en las poblaciones
escolares, adolescentes y adultos jóvenes. En México, se han
realizado encuestas de nutrición en 3
ocasiones, en las cuales se observó la tendencia al incremento de éste
padecimiento.
Según
los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) realizada
en 2006 y su comparación con lo obtenido por la Encuesta de Nacional de
Nutrición (ENN) en 1999, las cifras de sobrepeso y obesidad infantil y en
adolescentes son las siguientes: la prevalencia nacional de sobrepeso y
obesidad en niños de 5-11 años , de acuerdo con los criterio de la IOTF ( Grupo
internacional de trabajo sobre obesidad ) fue de alrededor 26 % para ambos
sexos, 26.8 % en niñas y 25.9% en niños.
Publicaciones recientes muestran que la incidencia
y prevalencia de la obesidad han aumentado progresivamente desde hace 60 años y
de forma alarmante en los últimos 20, con cifras aproximadas de 20% en la
infancia, 40% en la adolescencia y hasta 70% en los adultos. En la Encuesta
Nacional de Salud 2006 se encontró que el mayor incremento fue en la
prevalencia de obesidad en los niños (77%), comparados con las niñas (47%).
(Cuadros A y B)
Cuadro
A
Prevalencia de obesidad en niños de 5 a 11 años |
|||
Obesidad en niños de 5 a 11 años
|
1999
|
2006
|
Incremento 1999 a 2006
|
Prevalencia nacional en niños
|
5.3%
|
9.4%
|
77%
|
Prevalencia nacional en niñas
|
5.9%
|
8.7%
|
47%
|
Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutrición INSP 2006
|
Cuadro
B
Prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños de 5 a 11 años |
|||
Obesidad en niños de 5 a 11 años
|
1999
|
2006
|
Incremento 1999 a 2006
|
Prevalencia nacional
|
18.6%
|
26.0%
|
39.7%
|
Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutrición INSP 2006
|
INCIDENCIA: La
incidencia se define como el número de casos nuevos de una enfermedad que se
desarrollan en una población durante un
periodo de tiempo determinado.
PREVALENCIA: Es el
número de casos de una enfermedad o evento en una población y en un momento
dado.
Por otra parte, las visitas médicas
por sobrepeso y obesidad que se han registrado en cada uno de los estados en
los menores de 5 años de edad, nos muestran
las diferencias regionales existentes
hoy en dia. La región norte ha presentado, en mayor proporción que las
otras dos regiones, consultas de primera vez por sobrepeso y obesidad en los
niños < 1 año, de 1 año y de 2 a 4 años de edad.
Hace algunas décadas, los ricos eran obesos, los pobres eran
delgados y la preocupación era cómo alimentar a los desnutridos. Actualmente,
los ricos son delgados y los pobres son, además de desnutridos, obesos y la
preocupación es ahora la obesidad. Ésta fue etiquetada como epidemia mundial
por la OMS ( ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD ) La epidemia de obesidad (Se entiende por epidemiauna
enfermedad que afecta a un número de individuos mucho mayor al esperado en esa
misma población durante un tiempo determinado) no se restringe a sociedades
desarrolladas, de hecho, se ha elevado con mayor rapidez en los países en vías de
desarrollo, quienes enfrentan un doble reto junto con sus problemas de desnutrición .
·
MORTALIDAD
Y MORBILIDAD
No. de causa
|
Población total
|
Mujeres
|
Hombres
|
1
|
Enfermedades del corazón
|
Enfermedades del corazón
|
Enfermedades del corazón
|
2
|
Diabetes mellitus
|
Diabetes mellitus
|
Diabetes mellitus
|
3
|
Tumores malignos
|
Tumores malignos (mama, útero e hígado)
|
Tumores malignos (próstata, tráquea y pulmón)
|
4
|
Accidentes
|
Enfermedades cerebrovasculares
|
Accidentes
|
5
|
Enfermedades del hígado
|
Enfermedades pulmonares obstructivas crónicas
|
Enfermedades del hígado
|
Primeras causas de muerte en México en el
2010
La
obesidad está catalogada como la causa principal de mortalidad pues el la
principal generadora de problemas cardiovasculares en el mundo asociándose a otros numerosos problemas de salud como las
enfermedades de la vesícula biliar, diversos tipos de cáncer y la osteoartritis
entre otras. La obesidad es considerada el factor principal de riesgo para el
desarrollo de diabetes tipo 2 al atribuírsele 61 % de la prevalencia.
Se
ha observado que los adultos que sufrieron desnutrición in útero o durante la infancia como les sucedió a muchos en México
en las décadas pasadas son particularmente sensibles a desarrollar obesidad
abdominal en la vida adulta. En individuos con un ciclo de vida lleno de
carencias, la mujer, al llegar a la edad reproductiva se embaraza y da a luz un
bebé de bajo peso. El bajo peso está relacionado a una desnutrición temprana y
predispone al desarrollo de obesidad abdominal y síndrome metabólico más tarde
en la vida. El síndrome metabólico amplifica los riesgos de diabetes,
hipertensión, enfermedad coronaria y probablemente algunos tipos de cáncer.
·
OBESIDAD,
MUJER Y EMBARAZO.
La
forma en que una mujer aborda su
nutrición antes del embarazo y durante todo el periodo de gestación es
determinante en el riesgo de mortalidad materna y en el correcto o incorrecto
desarrollo del feto. Si las mujeres presentan sobrepeso las predispone a la
diabetes durante el embarazo. Existe cada vez más evidencia de un efecto
intergeneracional en donde bebés grandes están propensos a una ganancia excesiva
de peso. En las niñas, esto las predispone a desarrollar diabetes tipo 2
durante el embarazo lo que promueve un ciclo acelerado de diabetes temprana en
las generaciones subsecuentes. De hecho, una tercera parte de estos niños
desarrollan a la edad de 17 años, intolerancia a la glucosa o diabetes.
La
situación actual que exhibe México es alarmante, niños obesos, adultos obesos,
diabetes altamente prevalente en una población que sufrió desnutrición por
décadas y todo apunta a que habrá más y más enfermedad.
·
OBESIDAD
INFANTIL EN EL MUNDO
Porcentaje
de niños con obesidad
De
acuerdo a datos de la OMS, se estima que a nivel mundial, 17.6 millones de
niños menores de 5 años tienen sobrepeso. En Estados Unidos se ha duplicado el
número de niños con sobrepeso y el número de adolescentes con sobrepeso se ha
triplicado desde 1980. La prevalencia de niños obesos entre los 6-11 años se ha
más que duplicado desde los años 60s. En niños estadounidenses la prevalencia
de obesidad ha aumentado dramáticamente de 5 a 13 % y en niñas de 5 a 9 %. El
problema es global y va en aumento en los países en desarrollo.
Hablando
de los países de Latinoamericanos, México se encuentra entre los de más alta
prevalencia de exceso de peso en niños. En un estudio llevado a cabo en 4
comunidades rurales relativamente aisladas de México no se encontró bajo peso
en niños ni en adultos. En niños menores de 5 años, únicamente 3 (4.2%) se
encontraron en estado de emaciación.
Prestar tención a la obesidad en
niños es un tema prioritario pues se ha visto que si un niño entra a la edad
adulta con obesidad y en el transcurso tiene una pequeña ganacia de peso, el
riesgo desarrollar diabetes es considerablemente mayor que si entra a la vida
adulta con un peso normal y sube hasta 20kg.
Aproximadamente en el 50%
de los casos el sobrepeso aparece antes de los dos años y el resto en la
pubertad y adolescencia, las etapas de mayor crecimiento. Alrededor de 80% de
los adolescentes obesos lo serán el resto de su vida; menos del cinco por ciento
de los adultos que bajan de peso se mantienen en su peso ideal en los
siguientes cinco años posteriores al tratamiento y seis por ciento recupera el
peso perdido en los siguientes seis a 12 meses.
·
SITUACIÓN
DE LA OBESIDAD INFANTIL EN MÉXICO.
|
Fuente: Centro
de Nutrición, Obesidad y Alteraciones Metabólicas
Hoy
en día, en México vivimos una epidemia
de sobrepeso y obesidad de los niños en edad escolar, en la cual no existe un factor único responsable, sino que es la
conjunción de todos los elementos sociales que van a ejercer una influencia
sobre el individuo que ya tiene una programación genética y biológica y a lo
anterior podemos agregarle el aprendizaje conductual para responder al
ambiente.
Se
ha descrito previamente que el sobrepeso y obesidad infantil se pueden estudiar
desde una perspectiva epidemiológica, considerando que los niños y niñas son el
huésped, los vectores son la dieta y la actividad física y el ambiente, que se
analiza desde un punto de vista de microambiente y macroambiente, ejercen una
influencia sobre el individuo.
En
lo que al huésped respecta, se pueden identificar factores genéticos,
biológicos y de ajuste fisiológico que van a jugar un papel en la generación de
obesidad en la etapa escolar del niño.
Los
vectores, que como en epidemiología transmiten la enfermedad son la dieta y el
sedentarismo o falta de actividad física.
El
ambiente desempeña un rol de suma importancia en el desarrollo de la obesidad
infantil, pues existen ambientes que
favorecen el desarrollo de obesidad y se conocen con el nombre de “ambiente
obesogénico”, que bien puede ser el
ambiente del hogar.
La
evidencia que tenemos de cómo la genética influye en la obesidad infantil; se
refiere a 2 enfermedades relacionadas con trastornos genéticos y que cursan con
obesidad infantil desde temprana edad, ellas son el síndrome de PraderWilli y
el síndrome de BardetBiedl. Otras evidencias genéticas se presentan en los estudios en gemelos
monocigotos y dicigotos, que han demostrado que en los primeros hay una fuerte
correlación en el IMC, que no se presenta en los dicigotos.
Otros
factores que se han relacionado son el IMC de la madre con la obesidad del
niño, igual que el tiempo de lactancia.
El
ambiente que nos rodea actualmente se ha modificado notoriamente si lo
comparamos con el que existía hace 30 años, las porciones de los alimentos han
aumentado, la densidad calórica de los alimentos también ha aumentado y el
acceso en los barrios y colonias a los alimentos se define como mayor facilidad
de conseguir alimentos de alta densidad calórica.
Vale
la pena no dejar de lado los aspectos
sociales a considerar como lo es el ingreso de la mujer al mercado laboral, la
presencia de tecnología en entretenimiento en casa, como lo son las
consolas de videojuegos, la televisión, que ofrece una mayor diversidad de
programas y el cine en casa.
No
puede faltar mencionar que el uso del auto se ha incrementado, además de que
las horas que un adulto pasa en su trabajo son mayores que hace 30 años.
Todos los factores ambientales antes
mencionados conforman lo que hoy conocemos como “ambiente obesogénico”, que es
llamado así debido que favorece el sedentarismo en las personas y
el consumo de una elevada
cantidad de alimentos con alto contenido de grasas.
·
MÉXICO
ANTE LA OBESIDAD INFANTIL
Ante la gravedad del problema, en estos
últimos días se ha intensificado la discusión en cuanto a la regulación de la “comida chatarra” que se vende en las
escuelas, así como la importancia de la reglamentación de los 30 minutos
diarios de ejercicios.
Por un lado se tienen las propuestas de
los Diputados y por otro a las autoridades de la Secretaríade Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), quienes se acusan mutuamente de frenar el
dictamen de la ley que exige a las escuelas expender alimentos saludables para
evitar la obesidad en los alumnos. (Reforma,
9 de abril 2010).
Ante todas estas acusaciones e
indefiniciones, Fundación IDEA publicó el estudio: “Obesidad Infantil: Políticas Escolares para Combatirla y sus Resultados”
(12 de Abril, 2010). En ese estudio se aborda el Acuerdo Nacional para la Salud
Alimentaria (Secretaría de Salud, SS) como parte de la estrategia contra el
sobrepeso y la obesidad, el que involucra la participación de los sectores
social, académico y privado, para llevar a cabo medidas inmediatas.
Hay que recordar que a principio de
año, la SEP se comprometió a:
- Impulsar la realización de actividad física de los alumnos al menos 30 minutos diarios
- Incentivar la igualdad de género en la práctica del deporte
- Impulsar, a través del currículo escolar, el consumo de agua potable y el alfabetismo nutricional
- Garantizar la instalación de bebederos en escuelas públicas
- Promover y facilitar la disponibilidad de agua y bebidas no alcohólicas con bajo contenido calórico en colaboración con la industria alimentaria
- Generar lineamientos para proveedores de alimentos escolares encaminados a disminuir el consumo de azúcares
- Impulsar un Acuerdo Secretarial para el expendio de alimentos y bebidas en las tiendas o cooperativas escolares de los planteles de educación básica para una sana alimentación escolar
En el documento además se destaca el
acuerdo signado –en 2008 y puesto en vigor en 2009– entre la SS y la Procuraduría Federal del Consumidor
(PROFECO) con algunas compañías que venden comida dirigida a niños (que
representan cerca del 70 % de la publicidad en México), el código PABI (Código de Autorregulación de
Publicidad de Alimentos y Bebidas dirigida al Público Infantil), está siendo
evaluado en su primer semestre de aplicación para medir su efectividad. En el
acuerdo se puede leer:
• Se reconoce que el público infantil, como consumidor,
tiene derecho a la información para la selección de alimentos y bebidas no
alcohólicas y la adopción de hábitos saludables y merece un tratamiento
especial.
• El escaso conocimiento, experiencia y madurez del público infantil para evaluar la credibilidad de la información y para discernir entre contenidos publicitarios, informativos y de entretenimiento requiere de una publicidad responsable.
• Se reconoce que la publicidad es una herramienta coadyuvante para la formación de consumidores responsables y atentos al cuidado de su salud, por lo que debe ser orientadora y educativa sobre las características y propiedades reales de los alimentos o bebidas no alcohólicas y la información sobre su uso.
• Es conveniente aprovechar los medios de comunicación y la fuerza publicitaria del sector privado para promover la adopción de estilos de vida saludables, basados en una cultura de la prevención y la promoción de la salud, que tiene como fundamento el equilibrio energético: el balance entre la ingestión de alimentos y bebidas y el gasto energético a través de la actividad física y el ejercicio diarios.
• El escaso conocimiento, experiencia y madurez del público infantil para evaluar la credibilidad de la información y para discernir entre contenidos publicitarios, informativos y de entretenimiento requiere de una publicidad responsable.
• Se reconoce que la publicidad es una herramienta coadyuvante para la formación de consumidores responsables y atentos al cuidado de su salud, por lo que debe ser orientadora y educativa sobre las características y propiedades reales de los alimentos o bebidas no alcohólicas y la información sobre su uso.
• Es conveniente aprovechar los medios de comunicación y la fuerza publicitaria del sector privado para promover la adopción de estilos de vida saludables, basados en una cultura de la prevención y la promoción de la salud, que tiene como fundamento el equilibrio energético: el balance entre la ingestión de alimentos y bebidas y el gasto energético a través de la actividad física y el ejercicio diarios.
Sin embargo y a pesar de que el código
representa un avance en la regulación del problema, tiene aún serias
deficiencias como las que a continuación se enuncian:
• En
sus objetivos sólo se menciona el
sobrepeso y la obesidad sin basarse en el desarrollo de una nutrición
adecuada y en la promoción de la actividad física como medios para prevenir el
sobrepeso y la obesidad.
• Se aplica a todo tipo de comunicación comercial dirigida a niños menores de 12 años, en lugar de enfocarse a todas las formas de promoción (no sólo comunicación), para cubrir acciones como la colocación de productos, patrocinio, mercadotecnia, puntos de venta, etc.
• No hace referencia específica a la publicidad de alimentos con alto contenido calórico, alto contenido en grasas, alto contenido de azúcares o sal, en contraste con una propuesta hecha por el ConsumerInternational en la que se especifica que es necesario seguir las recomendaciones alimenticias de la OMS, en lugar de las evaluaciones y clasificaciones hechas por las propias empresas productoras.
• Está enfocado a niños menores de 12 años, sin considerar a los adolescentes entre 12 y 16 años de edad también altamente vulnerables a la manipulación de los mensajes publicitarios.
• La implementación del Código es monitoreada por el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (CONAR) formado por el propio sector privado.
• No existe ninguna multa o sanción considerable y seria por violaciones a lo establecido en el Código.
• Se aplica a todo tipo de comunicación comercial dirigida a niños menores de 12 años, en lugar de enfocarse a todas las formas de promoción (no sólo comunicación), para cubrir acciones como la colocación de productos, patrocinio, mercadotecnia, puntos de venta, etc.
• No hace referencia específica a la publicidad de alimentos con alto contenido calórico, alto contenido en grasas, alto contenido de azúcares o sal, en contraste con una propuesta hecha por el ConsumerInternational en la que se especifica que es necesario seguir las recomendaciones alimenticias de la OMS, en lugar de las evaluaciones y clasificaciones hechas por las propias empresas productoras.
• Está enfocado a niños menores de 12 años, sin considerar a los adolescentes entre 12 y 16 años de edad también altamente vulnerables a la manipulación de los mensajes publicitarios.
• La implementación del Código es monitoreada por el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (CONAR) formado por el propio sector privado.
• No existe ninguna multa o sanción considerable y seria por violaciones a lo establecido en el Código.
Para
concluir este estudio señala, además del problema de la obesidad, tiene efectos
negativos para el niño, tanto en términos de salud como de rendimientos
escolares.
Después de revisión de literatura
especializada y analizar diversas estrategias para combatir este problema en
algunos países, se señala que ellas se ponen en marcha en las escuelas, por ser
ahí donde se concentran los niños durante varias horas. Estos programas se
enfocan en reducir la disponibilidad de alimentos “chatarra”, especialmente los
refrescos o bebidas carbonatadas,
reducir la publicidad de dichos alimentos e incrementar las actividades físicas
realizadas por los alumnos.
Sorprendentemente una de las
conclusiones es que se sabe muy poco sobre sus resultados de estos programas.
Aunque hay algunos estudios que sí encuentran efectos positivos, en general la
evidencia sugiere que reducir la disponibilidad de comidas “chatarra” en las escuelas no está fuertemente asociado
con una disminución en la obesidad infantil (medida por índice de masa
corporal). Tampoco lo están los impuestos a dichas comidas, a menos que los
impuestos sean significativos.
Lo que sí parecen estar asociadas con
la disminución de la obesidad infantil
es el aumento en las actividades físicas en los alumnos.
Por todo esto, hay que evitar
propuestas de combate a la obesidad
infantil centradas únicamente en la reducción de la disponibilidad de comida
chatarra, y sí exigir propuestas más integrales.
Hoy en día, en nuestro país existe una evidente preocupación de diversos sectores de la sociedad por atender y promover el cuidado de la salud empleando como medio a la educación, fundamentalmente, la educación básica.
ResponderEliminarLas modificaciones en los patrones y estilos de vida dentro de la sociedad mexicana han derivado en cambios que de una u otra manera han afectado la salud de quienes formamos parte de ella: el sedentarismo, el consumo abusivo de la comida rápida, la alimentación con un alto contenido graso, las bebidas azucaradas, el uso del automóvil, el uso de videojuegos, celulares y computadoras para diversión, y la poca o nula preocupación por la práctica de deportes y de actividad física han llevado a que el sobrepeso y la obesidad se hayan convertido en la peor amenaza de nuestros niños y jóvenes, pues estas enfermedades no solo se quedan en el incremento de la masa o grasa corporal, sino que están estrechamente relacionadas con el incremento en la incidencia de niños con afectaciones que antes eran observadas exclusivamente de los adultos, como son la diabetes mellitus tipo 2, problemas cardiacos, circulatorios, respiratorios, entre otros.
Ante todo lo antes expuesto, el tema de la salud se ha convertido en uno de los ejes principales del gobierno y del sector privado.
Claro ejemplo de ello lo podemos observar plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-1218, en el cual se propone “impulsar una transformación del Sistema Nacional de Salud” reconociendo que “el derecho a la protección de la salud, es un derecho humano, no es sólo un derecho laboral” .
Y efectivamente, la salud es un requerimiento indispensable para el desarrollo integral de los individuos, y por tanto, de la sociedad, es por ello que destinar recursos en ella no es un gasto, sino una inversión que traerá consigo mejoras en otros ámbitos.
Es alentador saber que, independientemente de los fines que tenga el sistema económico, o de las razones por las cuales se procure la salud de los seres humanos, es evidente que podemos generar un cambio que impacte de manera positiva en la vida de las personas.
¿Cómo podemos generar este cambio en una sociedad tan compleja como lo es México? Ciertamente no creo que exista una receta mágica que nos de la solución, y también estoy segura de que ninguno de los programas abarcan a todos los tipos de población existente.
Primeramente debemos reconocer las diferencias abismales existentes en las condiciones y contextos de vida de la población: problemas aparentemente simples pueden verse influidos por otros aspectos que, evidentemente, los convierten en temas complejos; por ejemplo, la mala alimentación puede deberse a la falta de información respecto al tema, o bien, puede derivarse de que las condiciones socioeconómicas y culturales de la familia impiden que la alimentación sea variada y cubra todos los requerimientos nutricionales; o bien, los problemas en la alimentación en una zona pueden hacer referencia a la ingesta excesiva de alimentos poco saludables ricos en grasas, carbohidratos y azucares; mientas que en otras zonas pueden referirse al déficit de nutrientes o desnutrición debido a la carencia económica.
Una vez que hemos comprendido la magnitud y complejidad del tema, es necesario saber qué se está haciendo en este momento e identificar si desde esos programas podemos intervenir y qué podemos proponer. Haciendo referencia a este punto, es evidente la preocupación e importancia que en este momento se está otorgando a la atención de la obesidad, la promoción de la alimentación saludable y la práctica de actividad física. Motivo por el cual la gran mayoría de los programas a nivel Federal y Local van dirigidos a estos temas, evidentemente porque el primer lugar en obesidad y obesidad infantil a nivel mundial no es algo de lo cual estar orgullosos, sin embargo tampoco se debe dejar de lado la atención de otras problemáticas como la educación para la prevención de adicciones, la educación sexual, la educación para la prevención de la violencia, entre otras.
DE DONDE SACARÓN ESTA INFORAMACIÓN? PUEDEN PROPORCIONARME LAS BIBLIOGRAFIAS?
ResponderEliminar